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PABLO DUQUE
Actualizado
Dejar de fumar parece una misión fácil vista desde fuera por los no fumadores. Cualquiera que lo haya intentado o que haya visto a alguien de su entorno hacerlo, sabrá la dificultad que entraña dejar la nicotina.
Hay numerosos beneficios a corto y largo plazo que genera abandonar este hábito tan extendido en nuestra sociedad, a pesar de que muchas de las normas y el elevado precio del tabaco pueden empujar a ello. Dejar la nicotina no es tarea fácil, pues la ausencia de ella genera dependencia física (ansiedad, falta de sueño o desánimo) en las primeras semanas y dependencia psicológica a largo plazo.
Existen varias técnicas y métodos para dejar de fumar, casi tantos como personas que lo intentan, pero aquí se detallan varios de los pequeños esfuerzos más repetidos para tratar de dejar atrás este hábito:
Evitar ‘situaciones desencadenantes’
Fumar es un hábito, por lo que es normal asociarlo a ciertos lugares y momentos. Las discotecas, bares o restaurantes e incluso el descanso del trabajo o de los estudios son algunos de los momentos y lugares en los que más ganas te entrarán de fumar. En la medida de lo posible, se recomienda evitar las situaciones que nos generan esta necesidad, para poco a poco ir superándola.
Hacer ejercicio físico
Esto se puede aplicar a la vida en general, pero hacer ejercicio físico puede ayudar a eliminar el deseo de fumar, no solo únicamente durante el tiempo que estemos dedicando a la actividad en sí; si no también durante las horas posteriores. El deporte ayuda a despejar la mente y a recuperar, poco a poco, la forma física que se pierde con el consumo de tabaco.
Pedir ayuda a tus allegados
Una llamada a un amigo o a un familiar puede ‘salvarte’ de volver a fumar cuando la tentación se apodere de ti. Apóyate en los que te rodean para evitarlo, ya que pueden darte la fuerza y los ánimos necesarios para superar el proceso.
Encuentra sustitutos del cigarro para tu boca
Como parte del hábito de fumar, está el de tener siempre el cigarro en la boca o en la mano. Una buena forma de no echarlo de menos es encontrar sustitutos para tener la boca y las manos ocupada durante los primeros días. Los palillo de dientes o sorbetes pueden ayudar en lo primero, y un lápiz para garabatear o una pelota para apretar te ayudarán a no caer en la tentación.