Aunque el gobernador de Sucre, Héctor Espinosa, el alcalde de Sincelejo, Andrés Gómez, y la comunidad en general les han expresado las condolencias a la familia del médico, abogado y ganadero Fabio Hernández Salom, por su deceso, hasta este martes Medicina Legal no había confirmado si el cadáver hallado en el Magdalena el domingo sea el del profesional plagiado.
Hernández fue secuestrado el pasado 8 de enero junto al veterinario Néstor Támara cuando viajaban en un vehículo cerca de su finca en área rural del municipio de Tolú Viejo, Sucre. Támara fue liberado ese mismo día.
Esta situación de incertidumbre ha incrementado el dolor entre sus familiares, en especial la esposa y sus cuatro hijos, quienes desde el día del plagio han preferido guardar silencio con los medios de comunicación.
Un primo de la víctima, Luis Hernández García, fue el que dio declaraciones sobre el caso. “Aunque hay muchos indicios de que ese cadáver corresponda a Fabio, nosotros lo último que perdemos son las esperanzas, y ojalá y no sea él, pero entendemos también que la ubicación de ese cadáver, que ya estaba descompuesto, se debe a la confesión hecha por uno de los capturados por el secuestro”.
Luego agregó, no sin antes llamarle la atención que las autoridades les hayan expresado sus condolencias a la familia. “Seguimos en esta incertidumbre, esperando por una buena noticia”.
Luis Hernández García expresó que confían en que los resultados de Medicina Legal arrojen resultados negativos.
El grupo delincuencial al que le atribuyen este secuestro se hace llamar ‘Hijos del pueblo de Dios’, explicó el ministro de Defensa, Diego Molano, tras confirmar la captura de ocho de sus integrantes.
El domingo el fiscal General, Francisco Barbosa, anunció el hallazgo de un cadáver en una fosa en San Antonio, departamento del Magdalena, que podría ser Hernández Salom.
El cuerpo fue trasladado a Medicina Legal en Barranquilla para que a través de estudios forenses confirmen si se trata del médico, abogado y ganadero.
Aunque la familia nunca se refirió a exigencias económicas, se conoció a través del Gaula de la Policía que los delincuentes habrían exigido 350 mil dólares, los cuales debían pagar o de lo contrario atentarían contra la vida del secuestrado.
