EFE
Egan Bernal lleva dos carreras en lo que va del 2021 y al colombiano se le ha notado un gran cambio. El corredor del Team Ineos parece haber entendido sus prioridades y su actitud, tanto en la Estrella de Besseges como en el Tour de la Provence, ha sido la de un corredor mucho más maduro y con los objetivos claros para lo que será esta temporada ciclística, cuya mirada está en el Giro de Italia.
Y es que tras haberse visto obligado a retirarse del Tour de Francia 2020 por una lesión de espalda, al cual llegaba como vigente campeón, tuvo que estar por fuera de competencia durante cerca de cinco para llevar a cabo su recuperación, algo que le permitió sentar cabeza y entender que no es necesario mostrar en cada carrera que es uno de los mejores ciclistas del pelotón mundial. Eso fue lo que le costó empeorar la lesión que arrastraba empeorara, pues en las carreras previas a Grande Boucle se esforzó demás en el Tour de l’Ain y en la Critérium du Dauphiné.
Sin embargo, el Egan Bernal 2021 es uno completamente distinto. Desde la primera etapa que corrió en la Estrella de Besseges, a Bernal se le vio tranquilo y nada inquieto en el pelotón. El zipaquireño tan solo se dedicó a encontrar su propio ritmo de competencia, tantear su cuerpo y ver cómo éste respondería a los largos trayectos y, principalmente, al ritmo del pelotón. El joven maravilla sorteó las dificultades y, cuando llegó su terreno, la montaña, demostró que regresó en un gran nivel, al ser protagonista de una etapa en la que se mantuvo en la fuga, aguantó hasta donde era necesario y nunca buscó ser protagonista.
Con el inicio de una nueva prueba en el Tour de la Provence, a Bernal se le venían pruebas mucho más duras como la escalada al Mont Ventoux. Sin duda alguna, el colombiano, tal y como lo dijo en medio de la competición al ser cuestionado sobre si iría por la victoria o no: «Quiero disfrutar la carrera y prepararme para los grandes objetivos». Así mismo fue como lo demostró en la etapa reina de esta competición en la que sin necesidad de buscar un protagonismo y sin querer luchar un mano a mano con sus rivales, logró el segundo lugar en el Mont Ventoux, tan solo superado por su compañero de equipo Iván Ramiro Sosa, quien terminaría coronándose campeón de esta carrera.
Bernal terminó en el tercer lugar del podio. Un excelente resultado para lo que va de la temporada, mucho más si se mira que viene de una dura recuperación de espalada. Al colombiano se le vio contento en la tercer escaño y no hay duda que esto lo deja con muy buenas sensaciones para sus máximos objetivos, las Grandes Vueltas, principalmente, el Giro de Italia.
Bernal no se apura y su cabeza está más clara que antes. La presión por sobresalir en cada una de las carrera que corre y la presión por demostrar constantemente la calidad de ciclista que es quedaron en el pasado. Al del Team Ineos se le ve fresco y renovado sobre la bicicleta y con la tranquilidad de estar en un equipo que lo apoya y hará todo para que se sienta lo mejor posible. Ya se han visto algunos ajustes en su bicicleta como su tamaño y alguno que otro ajuste biomecánico. Tal y como lo dijo, Dave Brailsford, Mánager del Ineos, «es importante que Egan Bernal recupere su alegría y el amor al deporte» y esto es sin duda en lo que más está trabajando el colombiano