La diseñadora Carlota Barrera se deja llevar por el confort y el bienestar

Madrid, 29 ene. (EFE).- La diseñadora Carlota Barrera ha presentado su colección primavera/verano 2021 en la que se deja llevar por la sensación de confort y bienestar que todo el mundo ha buscado en su vestuario en los últimos meses.

Desde su estudio en Londres, la diseñadora asturiana ha presentado la colección «Home’s a feeling» inspirada, explica, en dos conceptos que todos hemos redefinido durante estos meses marcados por el coronavirus: «hogar» y «libertad».

«El sentido de pertenencia y confort, la sensación de dejarse llevar, de perderse. La nostalgia de quien vive lejos del hogar y la sensación de plenitud al ver el horizonte rodeado de los nuestros», explica Barrera en un comunicado.

La colección es una oda a los sentimientos, al placer de vivir, al lujo del bienestar tanto corporal como emocional. Una manera de experimentar, de iniciar un diálogo sobre género y la sustitución de los «rígidos» códigos masculinos por nuevas masculinidades en constante «evolución».

En su nueva propuesta, la sastrería está presente esta vez reinventada en piezas más ligeras, ofreciendo una silueta contemporánea y fluida.

La colección incorpora piezas ya emblemáticas de la diseñadora como camisetas sin mangas, camisetas con cortes, prendas de punto y pantalones de tiro alto.

Con una reminiscencia nostálgica de las raíces de la marca en la costa de España, los detalles de pesca se reflejan en toda la colección, desde prendas de punto en tonos marinos hasta accesorios de cuerda y mosquetones.

Se trata, como cuenta Barrera, de una reinvención relajada y veraniega de las camisas de esmoquin, la introducción de prendas denim y, una vez más, la celebración de la artesanía con tops de cuerda trenzados a mano y piezas de cuero reutilizado en un proceso completamente manual.

«Apartados de aquellos a quienes amamos, obligados a retirarnos a nuestro mundo doméstico y lejos de las interacciones cotidianas, esta colección refleja la alegría de compartir, la cercanía de una mano amiga apoyada sobre nuestro hombro, la familiaridad –ahora platónica– de un abrazo», concluye Carlota Barrera. EFE