Josip Ilicic tiene su carácter, sus propios fantasmas, sus asuntos extrafutbolísticos que afectan directamente lo que le pasa en la cancha. Su talento está fuera de toda discusión, pero es muy sensible a lo que pasa fuera del campo.
Él mismo daba pistas en una entrevista en la que confesaba sus miedos tras la muerte de su amigo Davide Astori, quien sufrió un infarto cuando dormía en un hotel en la concentración de su equipo, y el fuerte impacto que le causó toda la crisis de la pandemia del coronavirus covid-19 en Bérgamo. Tan fuerte impactan esas cosas en él que prefirió volver a Eslovenia con su familia que jugar la Champions League con Atalanta.
Y así, con todas esas especificaciones, Atalanta lo ha ido llevando, porque sabe que cuando cuenta con él es otro equipo, más ahora que Alejandro ‘Papu’ Gómez no está.
Sin embargo, precisamente ese lío que costó la salida del argentino del club ha vuelto a rondar, ahora con el rostro de Ilicic, tras el incidente que protagonizó con el técnico Gian Piero Gasperini en la reciente derrota 0-1 contra Real Madrid.
Según Tuttomercatoweb, Gasperini, quien ordenó su ingreso por Muriel a los 55 minutos y luego lo sacó, le hizo un reclamo directo por su falta de compromiso. Él salió disparado al camerino, sin apenas hablar, visiblemente molesto.
La actuación del esloveno, en efecto, fue decepcionante: la estadística señala que de 29 balones tocados, 12 fueron perdidos. El DT se lo habría dicho en el campo: «ponte a trabajar en lugar de levantar los brazos. Se dejan la piel por ti».
Precisamente la escena revive el caso de ‘Papu’ Gómez, quien se fue al Sevilla tras un duro cruce con Gasperini por sus decisiones. El propio argentino, muy cercano a Ilicic, explicaba en su momento: «él tuvo coronavirus y lo sufrió mucho. La cabeza llega un momento que te explota y él cayo en depresión».
