El ingeniero colombiano Sebastián Torres trabajó durante siete años junto a Elon Musk en uno de los proyectos más importantes de SpaceX. A pesar de tener el empleo de sus sueños, decidió renunciar luego de enfrentar un alto nivel de estrés. Ahora permanece alejado del mundo empresarial: se enfoca en cuidar el medio ambiente y promover la salud emocional y mental.
Cuando Sebastián Torres tenía 17 años, tras terminar la escuela en Colombia, su familia le dio a elegir entre dedicarse al tenis o enfocarse en su formación académica.
El entonces adolescente decidió priorizar sus estudios, aunque aprovechó el deporte como herramienta para conseguir una beca que le permitió ir a Estados Unidos y formarse en ingeniería industrial en la Universidad Politécnica Estatal de California.
Al terminar sus estudios, el latino ganó experiencia en compañías farmacéuticas multinacionales como Johnson & Johnson y Baxter, pero enfrentó una elevada carga de estrés que lo llevó al límite, hasta llegar a un punto de quiebre. A partir de entonces, inició un tratamiento psiquiátrico debido a ataques de ansiedad e insomnio.
Decidió alejarse del mundo corporativo y comenzó a dar clases de tenis para niños, hasta que en 2015 recibió una propuesta de SpaceX. Sin dudarlo, empezó a trabajar como ingeniero de desarrollo de proveedores en la compañía de Elon Musk, hasta que tres años después lo ascendieron a líder del proyecto Raptor.
En específico, su responsabilidad principal era asegurar que cada etapa avanzara según lo planeado. En ese rol, Torres estuvo a cargo de la misión Raptor, para construir motores de cohetes diseñados con el objetivo de ser altamente reutilizables, eficientes y capaces de operar en planes interplanetarios.
Según indicó en una entrevista en el programa Los Informantes de Caracol Televisión, su puesto era como el de un “director de orquesta que afinaba el trabajo entre diferentes partes para que todo fuera eficiente”.
Durante sus siete años en SpaceX, compartió mucho tiempo con Elon Musk. La imagen que se formó del empresario fue más que positiva: “Es superinteligente, un genio y la persona que más sabe de cohetes hoy en día porque domina toda la parte técnica. Es el que resuelve lo más complejo”.
Además, destacó el compromiso laboral del magnate sudafricano, que estaba prácticamente siempre en las instalaciones de la compañía: “Si ibas un domingo, te lo encontrabas. Si llegabas a las cinco de la madrugada, a veces también estaba ahí”.
Sebastián Torres comentó que admiraba su capacidad para trabajar con muy pocas horas de sueño: “Se montaba en su auto, que era un Tesla y tenía conducción autónoma, y se quedaba dormido. Uno llegaba y de repente veía el vehículo estacionado en frente del edificio, con un guardaespaldas que te decía: ‘El jefe está durmiendo’”.
En cuanto a su propia experiencia en SpaceX, explicó que las jornadas podían exceder las 14 horas diarias, sin distinción de los feriados. En ese sentido, describió como “extenuante” el ambiente laboral. “Había días que trabajábamos en Navidad, no había pausa”, recordó.
En esa misma línea, agregó: “Musk está superobsesionado con lo que está haciendo y esa obsesión se transpira y todo el mundo la siente. Él te amenaza y te dice que si no haces esto bien, te echa. Eso genera mucha presión”.
Tras siete años en SpaceX, y con el temor de revivir el episodio de estrés extremo que había experimentado años atrás, decidió dejar su cargo: “Presenté mi renuncia. Me llamaron y me dijeron: ‘Gracias por tu aviso de 30 días, pero por tu contrato nosotros tenemos la capacidad de decirte que tu último día es hoy’. No me despedí de nadie. No lo vi más a Musk. Simplemente, me fui”.
A más de tres años de haber dejado su empleo en SpaceX, Torres vive en una finca junto a un río en Pereira, en su Colombia natal, donde medita cada mañana. Ahora es coach transformacional certificado y enseña estrategias de empoderamiento personal.
“Muchas personas me preguntan si regresaré a una empresa tecnológica o si fundaré una startup. Y mi respuesta es sí, pero no de la manera que esperan. Ahora mi misión es transformar vidas, cuidar la naturaleza, fortalecer la comunidad y fomentar la salud emocional y mental. Eso me llena más que cualquier cohete”, concluyó.