La grafología es el estudio de las particularidades de la letra de una persona, con el fin de identificarla o tratar de averiguar sus características psicológicas, según la Real Academia Española (RAE). Es por este motivo que la escritura puede develar características y rasgos de la personalidad de quien lo hace. Muchas personas se preguntan qué hay detrás de mezclar mayúsculas y minúsculas al escribir.
Federico Carelli, Técnico Superior en Grafología, explicó a través de sus redes sociales qué significa mezclar mayúsculas y minúsculas al escribir y develó las principales características de aquellos individuos que lo hacen. “Cuando nos enseñaron a escribir, también nos enseñaron las reglas gramaticales y, entre ellas, cuándo debe ir una mayúscula y cuándo no. Sin embargo, hay muchas personas que consciente o inconscientemente ponen mayúsculas donde gramaticalmente no van“, comenzó.
En primer lugar, el especialista utilizó un ejemplo en el que la escritura no solo mezcla minúsculas y mayúsculas, sino que también imprenta y cursiva. “En este caso predomina la minúscula, excepto por dos letras que están en mayúscula generalmente, que son la D y la E. Podemos ver también que la escritura es rápida, que las letras se unen entre sí, la forma de las letras se combina y la impresión que nos devuelve es de dinamismo y de velocidad. En este caso, la interpretación es agilidad mental, velocidad en el pensamiento, rapidez y dinamismo en la acción, pensamiento intuitivo y un alto nivel de inteligencia“, detalló.
Y profundizó: “El papel que ocupan las mayúsculas en este caso es otorgarle mayor dinamismo y mayor velocidad a la escritura sin perder la legibilidad. También, el hecho de combinar las mayúsculas de esta manera tan fluida, nos va a hablar que los procesos mentales y cognitivos de la persona están muy bien orquestados“.
En el segundo caso, predominan las mayúsculas por sobre las minúsculas. “En estos casos, la interpretación es contraria al ejemplo anterior. Veremos un pensamiento pausado, poco dinámico, cuyos procesos mentales y cognitivos tienden a ser torpes e ineficaces. Esta interpretación se dará en adultos que tengan un bajo nivel de instrucción formal, como puede ser primaria incompleta o secundaria incompleta», detalló. Sin embargo, resaltó que si se da en un niño o adolescente es un rasgo “esperable”, porque todavía no alcanzó su máximo nivel de desarrollo psíquico e intelectual.
Este ejemplo, en el que predominan las minúsculas y aparecen algunas mayúsculas como la A, la P y la F, se utiliza para llamar la atención o para dejar algo muy en claro. En su análisis, Carelli determinó: “Si hiciéramos un paralelismo con el tono de voz, diríamos que usar mayúsculas es como gritar. La interpretación dependerá del contexto, pero en este caso, ya que existen rasgos de agresividad y de impulsividad, vamos a ver que la persona tiene la necesidad imperiosa de imponerse ante los demás, de imponer su voluntad».
“También, en otro contexto, nos va a indicar deseos de llamar la atención, esto se va a dar cuando encontremos letras adornadas, escritura en script, o sea, imprenta minúscula y también puntos de la I redondos, entre otros signos relacionados con inmadurez o egocentrismo», agregó. Asimismo, resaltó que “cuando encontremos mayúsculas en contexto de minúsculas, nos van a indicar sujetos que se exaltan demasiado rápido”.