La vicepresidenta Victoria Villarruel respondió el miércoles al reclamo de un grupo de senadores kirchneristas que se habían quejado por nota porque efectivos de las Policía Federal usaron los baños públicos del Senado durante un operativo de seguridad montado en los alrededores del Congreso.
“En toda comunidad organizada se acuerda que los agentes del Estado deben ser tratados con respeto y sin estigmatización alguna, principio que fue violado sistemáticamente en los sucesivos gobiernos kirchneristas”, sostiene la nota dirigida al kirchnerista Oscar Parrili que la vicepresidenta se encargó de subir a la red social X.
La respuesta de Villarruel llega, cuanto menos, tarde. El reclamo de los senadores de Unión por la Patria, encabezados por el chubutense Carlos Linares, fue presentada hace casi dos semanas atrás, el 18 de julio, y su existencia se hizo pública por la queja, también en X, de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Insólito pero real. El kirchnerismo pidió que las Fuerzas de Seguridad no usen los baños del Senado. Ya sabíamos que no los querían… Pero ni para ir al baño los dejan. Un poco de respeto y sentido común. Son los que nos cuidan todos los días», posteó Bullrich el lunes de la semana pasada, tras enterarse de la queja de los legisladores.
La absurda polémica fue disparada por una nota que, además de Parrilli y Linares, firmaron los senadores Cristina López, Sergio Leavy, María Eugenia Duré, Silvia Sapag, Antonio Rodas y Gerardo Montenegro, todos kirchneristas de paladar negro.
En la misiva, el grupo de legisladores le solicitaba a Villarruel que adoptara las medidas necesarias para “ordenar y regular la presencia de los integrantes de las distintas fuerzas de seguridad” en el Senado con la finalidad de “evitar molestias o situaciones que alteren el normal funcionamiento, y el cómodo desenvolvimiento del personal legislativo y de los senadores nacionales”.
“Debe armonizarse la concurrencia del personal de las distintas fuerzas y el uso que hacen en el Senado de sus espacios comunes y de los sanitarios, asegurando el bienestar y la prioridad a los empleados de esta casa que cumplen funciones diariamente”, concluía la nota de los senadores de Unión por la Patria.
La polémica parecía terminada hasta que la vicepresidenta difundió el contenido de la respuesta enviada esta tarde a cada uno de los firmantes de la queja.
En su réplica, Villarruel les recuerda a los senadores kichneristas que el los miércoles, cuando es habitual el despliegue de operativos por la protesta de los jubilados, las fuerzas de seguridad llevan sus propios baños químicos, tras lo cual destaca que el uso de los sanitarios al que hacen mención los legisladores ocurrió en otro día en el que no se pudieron tomar las medidas habituales, de ahí que tuvieran que usar las instalaciones de la Cámara alta.
“Lo que ha motivado vuestra nota fue consecuencia de un operativo de seguridad en otro día de la semana ante lo cual esta Presidencia decidió permitirles el acceso a los sanitarios y proveerles de lo necesario para que puedan cumplir con dignidad las órdenes que reciben”, afirma Villarruel.
En el cierre de su respuesta, la vicepresidenta le recuerda a Parrilli que como “cuenta con baño privado en su despacho, no sufrirá ningún tipo de percance que pueda afectar el ‘cómodo desenvolvimiento’ de sus actividades.